For the English Version, Click here.
*Una entrevista con la Dra. Edelmira Linares, Premio de Botánica Económica Distinguida de la Sociedad de Botánica Económica 2010 y autora de “Plantas Medicinales de México” (Medicinal Plants of Mexico), usos y remedios tradicionales y “Los quelites, un tesoro culinario”.
¿Te consideras principalmente etnobotánica o te ves de otra forma?
¡Sí! Soy una etnobotánica de corazón.
Por favor, descríbase con sus propias palabras.
Soy una persona a la que le gusta ayudar a otras personas de diferentes formas. Una de ellas es documentar y mostrar diferentes formas de vida y la importancia de respetar otras formas de vida. Es por eso que hago etnobotánica, especialmente centrándome en plantas medicinales de México. Intento ayudar a las personas, preguntándoles qué necesitan de nosotros. Les pregunto qué requieren que hagamos y procuro ayudarles. De esta manera, hemos estado haciendo recetarios, videos, enseñando en escuelas a niños y adultos, para responder a su solicitud por parte de nuestros proyectos.
¿Cuál es tu misión?
Considero que mi misión es ser una traductora del pensamiento y necesidades de las personas y trato de ayudarlas a satisfacer esas necesidades.
Describe tu trabajo
¡Me gusta hacer el trabajo de campo, no el trabajo de laboratorio! Me gusta estar al aire libre, hablar con la gente y estar con ellos. Para mí es difícil estar en el laboratorio o en las colecciones, aunque me gusta trabajar con las colecciones, pero no por períodos muy largos. Prefiero estar en el campo, incluso con los mosquitos.
¿Cómo evitas a los mosquitos? Este sería un gran consejo para los estudiantes que se dirigen al campo.
Los llamamos zancudos o moyotes. Yo nunca uso perfume o jabones perfumados en el campo. Quince días antes de salir al campo tomo vitamina B, ¡a los insectos no les gusta el olor y ayuda a evitarlos! A veces froto algunas plantas en la piel, por ejemplo en la sierra Tarahumara usamos Melissa (Toronjil) y eso ayuda. A veces las pulgas son incluso peores, en jardines donde están los animales. En los campos tropicales hay niguas (piques), especialmente en época de lluvias. Cada vez que vas al campo están ahí. Son tan dolorosos. Entonces, pregunté a la gente qué hacían para evitarlos. La gente decía que te duchas y luego te pones (jugo) de limón, y yo lo hice y me ayudó mucho. Parece que cambia el pH de la piel. ¡Es importante escuchar lo que hacen los lugareños! No tienen acceso a medicamentos, solo a recursos locales. El limón ayuda, aunque a veces uso también insecticidas y siempre meto la parte inferior de mis pantalones dentro de mis calcetines, esto también ayuda.
¿Qué / dónde estudiaste? ¿Crees que esto te influye de alguna manera en particular?[1]
Estudié biología originalmente. Soy bióloga y luego me gustaban las plantas, así que decidí ser botánica. No había un título de etnobotánica en mi universidad, así que allí me clasificaron como botánica. Pero siento que los taxónomos no son como yo, prefieren estar en los laboratorios con plantas y no ser interrumpidos. Pero yo no era así, soy una persona sociable, así que comencé a buscar algo como la etnobotánica.

¿Cómo descubriste la etnobotánica?
En mi universidad había un profesor que era un importante etnobiólogo, el Dr. Alfredo Barrera. Cuando hice mi maestría, abrió un curso al que me uní. Nos llevó al campo y nos enseñó muchas cosas útiles. Luego comenzó a trabajar con el Proyecto de Etnoflora Yucatanense en la Península de Yucatán. Nos enseñó mucho, pero me encantaba estar con la gente y me encantaba ir a los mercados. En México los mercados son maravillosos; tanta gente, tanta diversidad. Había un profesor en el Colegio de Postgraduados de agronomía, Efraim Hernandez-Xolocotzi, y en uno de los congresos de botánica nos llevó a uno de los mercados más grandes de México, La Merced. Vi cómo se comportaba y cómo preguntaba y qué nos decía de las plantas de allí. Le pregunté si podía unirme a su curso como auditor. No pude hacerlo oficialmente porque no era parte de mi universidad. Cada alumno tenía un proyecto, yo no tenía un proyecto especial como auditora así que compartí otros proyectos y les ayudé y me ayudó mucho a aprender sobre etnobotánica. Muchos de sus estudiantes son etnobotánicos bien conocidos en la actualidad. Nos dio mucha literatura y comencé a leer y encontré mi camino.
¿Alguna vez pensaste que serías una etno / botánica al crecer? ¿O trabajar con plantas?
A mi padre le gustaba la jardinería y mi hermana y yo siempre lo ayudamos, así que era parte de nuestra vida. Entonces mi padre quería un terreno más grande, así que compró un espacio y teníamos un pequeño rancho en las afueras de la Ciudad de México. Nuestro trabajo consistía en llevar agua a las plantas. Había manzanos y ciruelos, muchos árboles que plantó. Estaba interesado en que lo ayudáramos en el jardín todo el tiempo, creo que eso fue parte de mi motivación para estar con plantas en el jardín.

¿Quiénes fueron las personas más influyentes en tu carrera? ¿Hubo alguna vez un acto de (bondad / fe) que cambió el curso de tu vida?
Las principales personas que me ayudaron a entender mi forma de sentir fueron mi familia: mi padre y mi madre. Desde pequeñas, él era una persona poco común. Muy cariñoso y tierno, mi madre también, pero mi padre decidió que mi hermana y yo necesitábamos conocer nuestro país antes de casarnos. Así que cada vacación visitamos un estado diferente. Mi padre conducía y mi madre nos contaba la historia y la cultura, la comida, las costumbres y cómo tenemos que comportarnos en ese lugar. Ella nos enseñó mucho, le gustaba la historia porque mi abuelo era médico homeópata e historiador. En su casa, había muchas estatuillas que colección, y una gran biblioteca. Así que mi madre se crió en ese ambiente de aprendizaje de historia y preparaba cada viaje mostrando libros e información mientras jugábamos en el auto, ella nos contaba historias y leía. Entonces, cuando llegábamos, sabíamos mucho sobre ese lugar de nuestro país. Hay 32 estados en México, aunque no llegamos a los últimos 4 porque mi madre murió muy joven. Fueron viajes maravillosos al igual que mi familia, ¡realmente buenos padres! Luego está mi esposo, Bob Bye. Cuando me casé con él, estábamos juntos como etnobotánicos, como compañeros en el trabajo y el hogar. Viajar se volvió más fácil y seguro y luego llevábamos a nuestros hijos con nosotros también.
¿Cuál es la cima de tu carrera? ¿Un momento del que estás orgullosa?
El momento en que me sentí más orgullosa de nuestro trabajo fue cuando ayudamos al pueblo tarahumara a conservar sus semillas de maíz. Habían tenido una sequía terrible, no había llovido durante 2 años y si no plantas las semillas después de 3 años, se pierden. Mi esposo Bob consiguió algunas semillas y juntos hicimos un gran trabajo buscando dinero e invitando a diferentes personas para que nos ayudaran a multiplicar las semillas. Logramos multiplicar 5 razas de maíz diferentes y les devolvimos la semilla. Si no, habrían perdido sus semillas. No habrían tenido suficiente maíz para comer (aunque el gobierno y las ONG ayudarían con comida) pero el principal problema era que habían criado variedades especiales adaptadas a la situación ecológica de su entorno específico y no había ninguna forma para reemplazar eso. Hay alrededor de 63 razas de maíz en México, pero no todas están adaptadas a este entorno específico y no podrían haberse sembrado en la Sierra Tarahumara. Así que logramos multiplicar tantos tipos diferentes de semillas cómo fue posible y trabajamos con campesinos clave para que sembraran las semillas. La Fundación UNAM en la universidad ayudó a administrar los fondos y encontramos un agricultor que ayudó a plantar las semillas e irrigar las plantas cuando fue necesario. Logramos salvarlas y devolvimos las semillas a cientos de familias tarahumaras.
¿Y el punto más bajo? ¿Alguna vez te miraste a ti misma y pensaste qué estoy haciendo / cómo diablos llegué aquí?
A veces, cuando te esfuerzas mucho en algo y no funciona, piensas “¿qué estoy haciendo aquí?” 2020 es el año. Con respecto al último proyecto, hicimos un taller sobre el mantenimiento de semillas postcosecha, ya que a las familias les gusta mantener su propio stock para su alimento, no hay tienda donde comprarlo. No siempre quieren compartir con otros. Sin embargo, nos pidieron que les ayudemos a conservarlos durante más tiempo para estar seguros de que no tendrían el problema que sucedió antes. Así que preguntamos quién podría ayudar a hacer pequeños silos. Encontramos un experto en fabricación de silos en Veracruz, pero el proyecto está en Chihuahua (a 2.000 km de distancia) utilizando silos de 25 kilos, que es lo que requieren para su siembra anual. El taller se realizaría en febrero y para noviembre del año anterior los silos ya estaban listos, y tratamos de encontrar a una persona que los llevara a Chihuahua pero estaba tan lejos y era tan costoso que nadie quería hacerlo. Finalmente, encontramos a alguien que pudiera llevarlos a la Ciudad de México poco a poco pero tardaría 3 meses. No aparecieron y tuve que llamar todos los días y preguntar cuándo llegarían. Eso fue frustrante porque sentí que no podíamos cumplir con las necesidades del taller ya que alguien no quería cumplir el contrato correctamente. Finalmente, obtuvimos los silos y pudimos hacer que los silos de semillas funcionen para la seguridad de las semillas en el futuro. Lo que ha sido crucial para la región, ya que este año volvió la sequía extrema en la sierra Tarahumara.
¿Cuál sería su mejor consejo para un estudiante de etnobotánica? ¿Quizás 1 o 2 consejos, o cosas que desearías haber sabido como estudiante?
Tal vez la primera vez [un proyecto] no tengas éxito, ni la segunda vez, pero tienes que seguir intentándolo. Tarde o temprano tendrás éxito y estarás realmente orgulloso/a de lo que has podido hacer.
No todo es publicar: hay que volver a las comunidades y devolver lo aprendido. Quizás no puedas publicarlo [debido a restricciones] pero devolverle a la gente la sabiduría que te han ofrecido es lo correcto. Quizás esto lo puedas hacer comiendo con ellos y compartiendo, o enseñando a los niños en una escuela. Esto también es muy importante.
¿Cómo ve el futuro de la investigación etnobotánica?
En mi país hay muy pocos trabajos en este campo por lo que has tenido que ser creativo y encontrar tu propio camino. Pero con COVID-19 todo va a cambiar. La gente se está dando cuenta que las plantas son importantes; además, su conservación y biodiversidad son importantes también. Esta pandemia nos ha demostrado lo importante que es nuestro comportamiento. La etnobotánica combinada con la educación ambiental será muy importante en los próximos años. Yo empecé con la educación. Durante 22 años fui jefe del Departamento de educación e información pública, en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM. Con todo lo que aprendí en el campo, traté de producir un programa educativo al respecto, para educar al público y crear conciencia de la realidad de mi país. Creo que esto será importante para el futuro.

¿Investigador/a etnobotánico/a favorito/a?
Aparte de mi esposo, en México hay muchos grandes etnobotánicos muy jóvenes. Por ejemplo, José Blancas y Felipe Ruan. Son jóvenes pero muy activos, publican mucho. Alejandro Casas, un compañero de clase, un maravilloso etnobotánico que ha formado a muchos estudiantes. Otras personas incluyen a Heike Vibrans, quien también ha hecho un gran trabajo en el Colegio de Postgraduados de agricultura. Ella es muy activa con muchos estudiantes. A veces formo parte del comité de sus estudiantes y puedo ver como ella trabaja incansablemente para los estudiantes, ha tenido mucho impacto en el campo. En otros países Diego Rivera, Esteban Hernández, Manuel Pardo y Michael Heinrich y en Estados Unidos: Cassandra Quave, Mike Balick, David Lenz & Gary Nabham, entre otros muy queridos amigos.

¿Tiene algún libro de etnobotánica “imprescindible”?
Las plantas de los dioses: los poderes sagrados, curativos y alucinógenos (The plants of the Gods he sacred, healing and hallucinogenic powers) del Dr. Richard Evans Shultes. Comercio, tributo y transporte (Trade, tribute, and Transportation) de Ross Hassing. El desierto huele a lluvia (Desert Smells Like Rain) de Gary Nabham.
¿Qué haces en tu tiempo libre? ¿Algún hobby secreto?
Me encanta bordar, ¡me encanta! y tejer, y AMO cocinar. Hice una colección de bordados de diferentes códices, incluí los del Manuscrito De la Cruz Badiano (Badianos Manuscript). En él hay varios dibujos de Datura, esto es parte de la investigación de Bob, así que hice una habitación en nuestra casa dedicada a Datura, las ilustraciones las bordé y los enmarqué para él. ¡Incluso la lámpara!

¿Cuál es tu planta favorita y por qué?
Toronjil morado (Agastache mexicana subsp. mexicana). Publicamos un artículo sobre complejos de plantas medicinales y los toronjiles forman un complejo. Existe otro llamado toronjil blanco, (A. mexicana subsp. xolocotziana). Dedicamos esa subespecie al profesor Hernández-Xolocotzi que mencioné anteriormente. ¡Las plantas de toronjil huelen super bien! Son muy útiles para ayudar a las personas a relajarse y dormir bien. Tienen muchos aceites esenciales que incluyen linalol y limoneno. Te hace sentir genial. Se toma toda la planta en tisanas, tallos de flores y hojas. ¡Realmente es una planta que te da bienestar!
* Una entrevista con la miembro del consejo estudiantil de SEB, Kim Walker y traducido por Nataly Canales. Esto es parte de una serie de entrevistas a etnobotánicos/as sobre su trayectoria profesional y sus experiencias. Para leer más entrevistas, haz clic en la categoría Entrevista / Biografía en el panel lateral. Si deseas entrevistar a alguien, envía un correo electrónico a Kim arroba students@econbot.org
Leave a Reply